sábado, 13 de noviembre de 2010

Más emociones que palabras

A mi me da más por sentir, por dejar que las yemas de los dedos descubran texturas, por dejarme llevar por todo lo que puedan recibir mis sentidos y transformarlos aquí dentro en sensaciones.

Me vuelvo experta en sentir y no en pensar, mi mente se vuelve un remolino de sabores, olores, sonidos, imágenes donde a veces no hay palabras suficientes para describir, yo por dentro no guardo letras sino emociones, como un flash de luces multicolores, como calores y frios que me van recorriendo para dibujar mis contornos internos donde reconozco mis límites y aprendo el punto exacto donde puedo saltarlos y tocar límites ajenos.

Por eso yo no tengo siempre las palabras exactas, pero sé exactamente las emociones que encajan al momento, por eso soy mejor con mis silencios.

Y dejo que salga todo eso que quiero decir sin ponerme a analizar cada palabra, aunque a veces resulten ser afiladas, directas, certeras, porque a veces resultan ser amenas, divertidas, sinceras, correctas, aunque a veces parezcan vacías, huecas, erradas.

Yo soy un rompecabezas de emociones que me descomponen y me vuelven a armar.