sábado, 13 de noviembre de 2010

Más emociones que palabras

A mi me da más por sentir, por dejar que las yemas de los dedos descubran texturas, por dejarme llevar por todo lo que puedan recibir mis sentidos y transformarlos aquí dentro en sensaciones.

Me vuelvo experta en sentir y no en pensar, mi mente se vuelve un remolino de sabores, olores, sonidos, imágenes donde a veces no hay palabras suficientes para describir, yo por dentro no guardo letras sino emociones, como un flash de luces multicolores, como calores y frios que me van recorriendo para dibujar mis contornos internos donde reconozco mis límites y aprendo el punto exacto donde puedo saltarlos y tocar límites ajenos.

Por eso yo no tengo siempre las palabras exactas, pero sé exactamente las emociones que encajan al momento, por eso soy mejor con mis silencios.

Y dejo que salga todo eso que quiero decir sin ponerme a analizar cada palabra, aunque a veces resulten ser afiladas, directas, certeras, porque a veces resultan ser amenas, divertidas, sinceras, correctas, aunque a veces parezcan vacías, huecas, erradas.

Yo soy un rompecabezas de emociones que me descomponen y me vuelven a armar.

martes, 29 de junio de 2010

Lo que yo era

Tus dedos me materializaron lentamente, primero era palabras, luego una imagen y una silueta, como un fantasma hecho de emociones transparentes, tus ojos me dieron forma y encontraron el color exacto de los míos y yo me volví de carne y hueso cuando me tocaste, finalmente mis labios se colorearon en el momento exacto que me besaste.


El corazón comenzó a latir y la sangre me recorrió cuando nuestras pieles desnudas se encontraron, fuimos fuego, lluvia, temblores y aprendimos a caer en abismos inciertos que nos provocaban vértigo.


A veces me sentía tan real que me sangraba el alma.

A veces me volvía el humo con el que jugabas con tu aliento.

A veces era el sueño que te visitaba por las noches.

Y yo me iba llenando también de dudas, de miedo, de culpas y de incertidumbre.

Cuando nos convertimos en silencio fué que comencé a caminar en sentido contrario, sin nada que me detuviera, segura de que habría palabras que no podríamos pronunciar, que no pensaríamos siquiera y luego de repente se nos olvidaron.

Fué tambien cuando comencé a volverme difusa, una imagen borrosa que no se define aun cuando entornemos los ojos para tratar de enfocarla, humo, aire, sin embargo nunca dejó de sangrarme el alma.

jueves, 17 de junio de 2010

Mi laberinto aquí dentro

A veces me siento una mujer con un laberinto lleno de puertas cerradas en mi interior, me dá por internarme en ella y sentir en mis narices el olor a humedad tibia de lo viejo, sentir las paredes llenas de historia y cuando las toco mientras camino en mis dedos me quedan restos de nostalgia.

Hay puertas que nunca abro por temor a que me salten encima esos demonios internos que logré encerrar con el tiempo y me destrocen el espíritu de nuevo, hay otras en cambio que de vez en cuando entreabro para observar esos recuerdos que me siguen provocando emociones que acarician mi memoria y me permiten seguir sonriendo. Hay puertas que arden y con solo tocarlas me provocan mucho daño pero aun así sigo volviendo a ellas.

Más nunca me interno en ese laberinto por largo tiempo por temor a perder el camino de regreso y olvidarme de la luz ahí afuera.

Vueltas retorcidas me han llevado a encontrar cosas que creía olvidadas y se reflejan en mis ojos todo lo que oculto con el silencio, dicen que de pronto ellos hablan y cuentan cosas a veces con inocencia e ingenuidad y otras con resentimiento.

martes, 15 de junio de 2010

Quién...

Quién ha querido mirar estas lineas desiguales que van siguiendo el contorno de mi piel por dentro y que son esas heridas que no terminan de cicatrizar.

Me guían hasta lugares en mi interior que no quiero mirar por temor a sentir temblar estos hilos dolorosos que he usado para hilvanar trozos de mí.

Quién se sumerge en estas aguas violentas que provocan oleadas de emociones estrellándose en los muros que he ido construyendo con el paso del tiempo sin esperar ser derribado por ellas.

Me he acostumbrado a escuchar el atronador ruido que rompe el silencio en mis oidos que he olvidado escuchar algo nuevo.

Quién ha intentado tocarme para sentir que sigo viva, buscando el pulso cadencioso en mi cuello que va contando secretos que van rompiendo este caparazón.

Y mis demonios internos se revuelven inquietos mirando desconfiados a quien intenta espiarlos, incluso hay ocasiones en que los he escuchado fraguar un plan de sabotaje.

Quién ha comenzado a buscar en mis labios todo eso que callan, en mis ojos todo eso que guardo y en mis manos todo eso que han hecho daño.

Y voy entornando los ojos en silencio mientras esbozo una leve sonrisa.

viernes, 28 de mayo de 2010

La astilla

Su amor me ha dejado una astilla enterrada en el cuerpo que me cala cuando hace frío.

Por las noches cuando duermo esa astilla navega por mi piel arañandome lentamente hasta sangrar por dentro, sube hasta mis ojos para hacer que derramen una lágrima solitaria que va recorriendo mi rostro hasta evaporarse.

Se introduce en mi corazón para hacer estallar mis deseos como globos de colores en un parque, baja hasta mi estómago para punzarme de recuerdos que terminan haciendome doblar en mis sábanas.

Mis uñas se vuelven cazadores implacables que buscan el momento en que esa astilla que viaja siempre dentro de mí se detenga para atraparla, mis oidos se agudizan para escucharla reir y mientras tanto ella continúa haciendome daño cuando duermo.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Limpiando el corazón

Leí unos comentarios nuevos a mi entrada de Remedios para salir de la decepción amorosa http://elalbumdeletras.blogspot.com/2008/04/remedios-para-salir-de-la-decepcin.html y bueno me pusieron a pensar mucho sobre esto, no respondí porque prefería hacer un tema nuevo.

Yo recuerdo cada uno de los finales de mis relaciones (Aun aquellos que se repetían más de una vez), a veces terminaba bien a veces mal y sí, la mayoría de las veces quedaba un dolor que según la intensidad tardaba cierto tiempo en desvanecerse, pero conforme a que va pasando el tiempo puedo decir que tomo las cosas de manera distinta, así que puedo decir esto:

* Nada es definitivo.

* El dolor sí desaparece o al menos se transforma en algo muy sutil que nos deja de doler.

* En las rupturas la culpa no es de uno solo.

* Las experiencias aun las malas sirven para aprender y mejorar, no para estancarse.

* Para salir del fondo del pozo donde a veces caemos es necesario sacudirse todo lo negativo y no crearse complejos.

* Darse la oportunidad de conocer gente nueva pero no presionar una nueva relación hasta no sacudirse la anterior.

* No guardar sentimientos negativos por mucho daño que nos hubiesen hecho.

* Valorarse uno mismo.

* No dejar de amar sobre todo a uno mismo.

Curiosamente de mis últimas relaciones siempre ha quedado con las otras personas una amistad o al menos un respeto mutuo que hace posible que de una u otra manera me mantenga en contacto con ellos, esto porque he aplicado eso de no guardar sentimientos negativos y limpiarme de esas cosas que de alguna manera no me servían y tomé lo mejor de la situación, aun estoy trabajando en dejar de sentir cosas por mi último ex quien por ahora es un gran amigo y bueno, dejando abiertas mis opciones para lo que venga, sí, siempre será un riesgo pero es mejor vivirlo que quedarse con las ganas.

jueves, 6 de mayo de 2010

Te escribo porque sé que me lees, porque me salen mejor las letras que las palabras por los labios y es que se me ha hecho hábito guardar silencio y resignarme a lo que me regala la vida.

Igual me acostumbré a quedarme al margen de tu vida, a que cuando me veas solo sea por el rabillo del ojo como no queriendo la cosa y sabemos que es lo mejor aunque a veces he llegado a tener mis dudas. Por eso comencé a creer en los fantasmas.

Quizá no fuí, quizá no fuiste, quizá solo nos faltó mucho más voluntad y un poquito más de ganas de arriesgar. Quien dice que todos podemos brincar al vacío sin pensar dos veces.

Hoy me entrego a lo inevitable como en un sacrificio humano, con mis ataduras invisibles en las manos. He aprendido a mirar a otro lado cuando me preguntan y a fingir que no pasa nada.

Yo sé porque todos lo dicen que mañana será otro día, pero los días nunca fueron el problema sino las noches.

jueves, 8 de abril de 2010

CO

Yo intento vaciarlo, como la copa de vino que ocasionalmente se vacía entre mis labios.

Intento no escucharlo, como las palabras necias que vienen a querer taladrar mis oidos para penetrarme.

Intento evaporarlo, como el humo del cigarro que de vez en cuando se expulsa haciendo piruetas y desaparece en el aire.

Intento saber que es lo que quiere exactamente sabiendo que me equivocaré de nuevo.

Intento tapar esas fugas de gotitas rojas que a veces escapan de sus heridas.

Intento reanimarlo pensando que está muriendo cuando late con la constancia de un reloj y sintiendolo dolorosamente en mi pecho.

Si pones tu oido podrás escucharlo contar historias.

Este corazón que sigue queriendo.

sábado, 27 de marzo de 2010

RA

En medio de este silencio de tantas cosas que no digo puedo escuchar claramente el grito descolorido de mi propio corazón.

Tantos anhelos que se quedaron congelados en gotitas cristalinas colgando de él, tantas emociones que como brasas iban deslizándose hacia arriba poniéndolo a arder y este latir acompasado que iba contando historias y secretos y deseos.

Hoy esta dividido entre sentimientos, herido de decepciones, caliente de pasión, frío de esperas, como un titán a soportado los embates de las olas y se desgasta y renueva con bríos nuevos.

Y se entrega para volver a ser usado y tirado, se mantiene a la expectativa cuando alguien intenta de nuevo a querer conocerlo y sentirlo y tomarlo y dejarlo.

Ha llegado alguien nuevo a querer tocar su puerta y alguien a regresado a querer ganarlo de nuevo y se mantiene a la defensiva entre dos fuegos cruzados intentando no ser atropellado en el intento, alguien no lo olvida, alguien lo ha puesto en una caja llena de cosas inservibles en algun lugar que terminará lleno de polvo.

Se vuelve humo cuando intentan tocarlo.

Se vuelve de agua cuando quieren dañarlo y se va escapando por mis ojos.

jueves, 11 de febrero de 2010

ZON

Decididamente lo mío no es el frío, entre mis pulmones débiles y mis pies helados siempre termino tropezándome con la enfermedad seis meses al año.

Mi voz se muta por un eco y los gritos se desvanecen en el aire, mi nariz pierde el sentido del olfato totalmente y la tos me delata cuando intento pasar desapercibida.

Adios helados de cereza cuando el antojo me muerde las entrañas y ni qué decir de las bebidas retacadas de hielo, me olvido de sacarme los calcetines cuando me encanta andar por la casa descalza y de dormir con la ventana abierta para ver que se siente la luz de la luna en mi cara.

Mi mente se amodorra con todas esas pastillas que solamente disfrazan los achaques y que me hacen preferir drogas verdaderas que al menos me atonten con toda la intención, a veces creo que un día de estos un órgano interno terminará poniéndose a huelga ante tanto descuido y maltrato.

Pero menos el corazón, no sé porque resultó ser tan fuerte ante tantos embates y batallas, que ha resistido romperse y volver a unirse en uno a pesar de las grietas que le van quedando, ha soportado mucho más que los pulmones débiles, el estómago sensible y los riñones traicioneros, no ha dejado de ser cálido a pesar de los pies fríos y las manos heladas que tiemblan sin guantes de lana y que me vuelven a levantar cada día para comenzar de nuevo.

Y sobre todo no han perdido la capacidad de querer a pesar de los desaires.

viernes, 5 de febrero de 2010

No fue lo que parece

No buscaba una palabra precisa, una palmada en la espalda, una frase trillada, un gesto de cabeza que asienta mientras los ojos miran sin verme de verdad, un motivo, una razón, una explicación detallada de porque las cosas pasan como pasan, una sonrisa que finja comprender, un silencio que pretenda ser eso cuando dice mucho mas de lo que esconde, un reproche, una ráfaga de indiferencia, un intercambio de experiencias amargas, una oleada de ira.

No intentaba comenzar una conversación, hacer una confesión, provocar una reacción, crear una oportunidad para mostrar otra parte de mí, importunar, lamer una herida, acomodar mi cabeza sobre un hombro para desahogarme, revelar historias, revelar el último acto, buscar el remedio para el dolor.

No quería expresarme, explayarme, acomodar ideas, retomar el camino mientras escupía emociones que estorbaban, sentirme mártir, encontrar una mano para tomar, derramar gotas inútiles.

Solamente estaba hablando en voz alta.