jueves, 10 de noviembre de 2011

Campo de batalla

Tengo una herida que palpita en el centro de mi corazón, donde nadie puede aliviarlo y mitigar este dolor.

Una herida hecha de pesares ajenos, que son los que mas duelen cuando somos testigos impotentes, hecha de sangre y lágrimas.

Este corazón que tengo y que esta hecho de un material indestructible que ha resistido los golpes más certeros y este espíritu que quisiera no haber combatido tanto entre ángeles y demonios, entre el cielo y el infierno.

No sé en que momento mi fortaleza se vio invadida de tantos enemigos , ni cuando comencé a cargar más de lo que podría resistir.

Ignoro que pruebas tengo que superar para pasar a otro nivel donde este dolor no se sienta tan vivo, donde estos combates internos no dejen tantos heridos, tanto de todo.

martes, 21 de junio de 2011

Mi demonio suicida

Tengo un demonio interno con tendencias suicidas.

Agazapado entre las sombras salta de repente en el momento adecuado con una extensa selección de métodos infalibles para terminar con todo, persiguiendo a mi fuerza de voluntad que parece hecha de metal quien esquiva todos y cada uno de sus argumentos aunque admirando su interminable creatividad en materia destructiva.

A veces los sorprendo sentados alguna madrugada intercambiando ideas a la luz de la luna, inventando nuevas maneras para reinventarme y destrozando y puliendo los recovecos de mi interior.

Desarmándome en pedazos para armar de nuevo.

martes, 14 de junio de 2011

Viajando ligero

Podría ser que se imaginen que yo he vivido mucho y no aprendí nada.

Hay quien puede suponer que me he llegado a arrepentir de esas cosas que no dije, que no hice y que no tuve pero no saben que nunca me arrepiento porque de nada me sirvió eso, aunque no puedo negar que habia momentos en las cuales las llegaba a transformar en mi mente en otra cosa distinta, las vestía, las coloreaba, las deshacía y luego las iba remojando en olvido.

Un día descubrí que cargaba demasiadas cosas en mis bolsillos hasta que se desfundaron y terminaron escapando hasta no recordar ni que eran.

Hace tanto que no lloro por amor hacia alguien y no por eso no lo siento, hace tanto que mis demonios dejaron de crear infiernos aquí dentro.

Me estoy acostumbrando a volar antes que viajar por tierra para llegar más lejos y perder menos tiempo, a dormir menos, a mantener mi mente despierta por más tiempo, será que los años comienzan a pesar un poco y la memoria se hace cada vez mas selectiva.

Será que aprendí que viajando ligero puedo escapar mejor.

martes, 18 de enero de 2011

Lo que fue y lo que es hoy

Estas heridas, por donde se me iba la vida en gotitas rojas cuando recordaba, hoy se vuelven cicatrices que me dejaron tatuados los recuerdos en la piel.



A veces recuerdo el sabor salado de las lágrimas que una vez recorrieron mi rostro como haciendo caminos por donde no se debe andar de nuevo y se evaporaron con el tiempo dejando los ojos cristalinos y limpios para volver a mirar de nuevo.



Los pies cansados palpitan como si hubiesen memorizado todos esos pasos que han dado, uno a uno, cada terreno avanzado, cada tropezon que hizo sangrar rodillas y algo más, cada atajo tomado que a veces acortaba distancias y otras solamente nos iban perdiendo.


Las voces aun hacen eco en mis oidos confundiéndose con el viento y sé que me hablan de cosas que ya pasaron pero las comienzo a ignorar, aquí dentro se volvieron emociones y se mezclaron haciendo un collage multicolor.

Hoy mis sueños son menos grandes pero más palpables, mis emociones me siguen moviendo pero no me dominan, mi pasado se ha vuelto un álbum al que vuelvo cuando deseo recordar pero no me detiene, mis pasos son más calmados pero más seguros haciendo que tropiece menos.

Hoy estoy viviendo.

domingo, 2 de enero de 2011

Lo que escribo de tí cuando el silencio calla.

Es posible que entre tú y yo hayan existido mas silencios que palabras, que las emociones hayan nacido mudas y nuestras mentes hayan fingido demencia de vez en cuando.

Antes que nada debo decirte que aquí dentro siempre sentí demasiado, tanto que a veces dolía, era como caminar por una cuerda ardiendo a cinco metros sobre el suelo con esa sensacion de saber lo peligroso que era y con las ganas de seguir andando.

Yo se que tu sabías, cuando te besaba y te contaba con los besos todos los miedos, todas las dudas, todas las culpas, todas las emociones, que solo le robabamos trocitos a nuestras vidas como ladrones, a espaldas de los demás, minutos, horas, días que no dejábamos que nos pertenecieran por completo. Y lo curioso es no necesitabamos hacerlo.

Nunca dejé de sentirlo, es solo que me cansé de esperar.

Yo tenía que seguir adelante, tenía que moverme, cambiar cosas que me estancaban y solo me contaminaban dentro, no sé si lo intuías cuando me mirabas a los ojos y yo te evadía porque no comprendía por completo que eran esas cosas, esas que nacían muy dentro y crecían torcidas haciendome sentir en ocasiones monstruosa y la verdad es que nunca pude cortarlas de tajo solamente he aprendido a observarlas detenidamente y ver como ellas me hicieron ser la persona que soy, menos compleja de la que creía, no siempre generosa, ni buena, ni humilde, ni sensible, ni decente, ni valerosa, ni amable.

Solo muy humana, con mis cualidades y defectos.

También yo pasé noches en vela pensándote, repasando una y otra vez momentos, situaciones, tratando de encontrarle solución a lo que pasaba entre nosotros, pero siempre llegaba el alba sin dar con ella. Quizá era mas simple de lo que creimos, pero se necesitaba más voluntad.

Y yo sé que seguiremos en contacto, porque no me imagino mi vida sin saber de tí, sin imaginarte caminando por ahi en algun lugar esperando reencontrarnos aunque sea para robarle un minuto al tiempo, nada es definitivo en esta vida y en realidad no sé como terminará esta historia. Aun cuando nos esforcemos en guardar silencio y fingir que aquí no ha pasado nada.