martes, 29 de junio de 2010

Lo que yo era

Tus dedos me materializaron lentamente, primero era palabras, luego una imagen y una silueta, como un fantasma hecho de emociones transparentes, tus ojos me dieron forma y encontraron el color exacto de los míos y yo me volví de carne y hueso cuando me tocaste, finalmente mis labios se colorearon en el momento exacto que me besaste.


El corazón comenzó a latir y la sangre me recorrió cuando nuestras pieles desnudas se encontraron, fuimos fuego, lluvia, temblores y aprendimos a caer en abismos inciertos que nos provocaban vértigo.


A veces me sentía tan real que me sangraba el alma.

A veces me volvía el humo con el que jugabas con tu aliento.

A veces era el sueño que te visitaba por las noches.

Y yo me iba llenando también de dudas, de miedo, de culpas y de incertidumbre.

Cuando nos convertimos en silencio fué que comencé a caminar en sentido contrario, sin nada que me detuviera, segura de que habría palabras que no podríamos pronunciar, que no pensaríamos siquiera y luego de repente se nos olvidaron.

Fué tambien cuando comencé a volverme difusa, una imagen borrosa que no se define aun cuando entornemos los ojos para tratar de enfocarla, humo, aire, sin embargo nunca dejó de sangrarme el alma.

jueves, 17 de junio de 2010

Mi laberinto aquí dentro

A veces me siento una mujer con un laberinto lleno de puertas cerradas en mi interior, me dá por internarme en ella y sentir en mis narices el olor a humedad tibia de lo viejo, sentir las paredes llenas de historia y cuando las toco mientras camino en mis dedos me quedan restos de nostalgia.

Hay puertas que nunca abro por temor a que me salten encima esos demonios internos que logré encerrar con el tiempo y me destrocen el espíritu de nuevo, hay otras en cambio que de vez en cuando entreabro para observar esos recuerdos que me siguen provocando emociones que acarician mi memoria y me permiten seguir sonriendo. Hay puertas que arden y con solo tocarlas me provocan mucho daño pero aun así sigo volviendo a ellas.

Más nunca me interno en ese laberinto por largo tiempo por temor a perder el camino de regreso y olvidarme de la luz ahí afuera.

Vueltas retorcidas me han llevado a encontrar cosas que creía olvidadas y se reflejan en mis ojos todo lo que oculto con el silencio, dicen que de pronto ellos hablan y cuentan cosas a veces con inocencia e ingenuidad y otras con resentimiento.

martes, 15 de junio de 2010

Quién...

Quién ha querido mirar estas lineas desiguales que van siguiendo el contorno de mi piel por dentro y que son esas heridas que no terminan de cicatrizar.

Me guían hasta lugares en mi interior que no quiero mirar por temor a sentir temblar estos hilos dolorosos que he usado para hilvanar trozos de mí.

Quién se sumerge en estas aguas violentas que provocan oleadas de emociones estrellándose en los muros que he ido construyendo con el paso del tiempo sin esperar ser derribado por ellas.

Me he acostumbrado a escuchar el atronador ruido que rompe el silencio en mis oidos que he olvidado escuchar algo nuevo.

Quién ha intentado tocarme para sentir que sigo viva, buscando el pulso cadencioso en mi cuello que va contando secretos que van rompiendo este caparazón.

Y mis demonios internos se revuelven inquietos mirando desconfiados a quien intenta espiarlos, incluso hay ocasiones en que los he escuchado fraguar un plan de sabotaje.

Quién ha comenzado a buscar en mis labios todo eso que callan, en mis ojos todo eso que guardo y en mis manos todo eso que han hecho daño.

Y voy entornando los ojos en silencio mientras esbozo una leve sonrisa.