martes, 27 de octubre de 2015

Rota

Han pasado ya algunos años desde que me rompí, me caí en un precipicio y me fuí rompiendo en mil pedazos. 

El vacío era frío pero el suelo quemaba como fuego.

Luego de algún tiempo (Aunque podria ser que fue en ese instante) comencé a escalar de nuevo, con mis uñas y mis pies descalzos.

Intenté recuperar mis pedazos esparcidos pero hubo muchos que no pude recuperar aunque creo que tambien fue que ya no los necesitaba, hubo otros que al recuperarlos me hirieron las manos y permanecieron así hasta que quedaron hechos costra en mi piel.

Pero hubo una pieza que encontré y que me hizo volver a sentir pero también me hizo llorar, un día creí que se había evaporado pero luego se materializó de nuevo en otro color como si fuera un espejismo y me pregunté si la había soñado.

Sigo subiendo por este precipicio aunque ya la oscuridad ha quedado atrás y comienzo a ver la luz, de vez en cuando encuentro una de las piezas que eran parte de mí aunque ya no puedo armarla de nuevo.