jueves, 17 de junio de 2010

Mi laberinto aquí dentro

A veces me siento una mujer con un laberinto lleno de puertas cerradas en mi interior, me dá por internarme en ella y sentir en mis narices el olor a humedad tibia de lo viejo, sentir las paredes llenas de historia y cuando las toco mientras camino en mis dedos me quedan restos de nostalgia.

Hay puertas que nunca abro por temor a que me salten encima esos demonios internos que logré encerrar con el tiempo y me destrocen el espíritu de nuevo, hay otras en cambio que de vez en cuando entreabro para observar esos recuerdos que me siguen provocando emociones que acarician mi memoria y me permiten seguir sonriendo. Hay puertas que arden y con solo tocarlas me provocan mucho daño pero aun así sigo volviendo a ellas.

Más nunca me interno en ese laberinto por largo tiempo por temor a perder el camino de regreso y olvidarme de la luz ahí afuera.

Vueltas retorcidas me han llevado a encontrar cosas que creía olvidadas y se reflejan en mis ojos todo lo que oculto con el silencio, dicen que de pronto ellos hablan y cuentan cosas a veces con inocencia e ingenuidad y otras con resentimiento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre encontraras la salida amiga, estas hecha de memoria tambien.

Un abrazo muy fuerte.