viernes, 28 de mayo de 2010

La astilla

Su amor me ha dejado una astilla enterrada en el cuerpo que me cala cuando hace frío.

Por las noches cuando duermo esa astilla navega por mi piel arañandome lentamente hasta sangrar por dentro, sube hasta mis ojos para hacer que derramen una lágrima solitaria que va recorriendo mi rostro hasta evaporarse.

Se introduce en mi corazón para hacer estallar mis deseos como globos de colores en un parque, baja hasta mi estómago para punzarme de recuerdos que terminan haciendome doblar en mis sábanas.

Mis uñas se vuelven cazadores implacables que buscan el momento en que esa astilla que viaja siempre dentro de mí se detenga para atraparla, mis oidos se agudizan para escucharla reir y mientras tanto ella continúa haciendome daño cuando duermo.

No hay comentarios: