Esto es un vaivén de olas que rompen el silencio para dejarme sin palabras, es una avalancha que se deja deslizar inminentemente hacia abajo derribandolo todo a su paso.
Por fuera mi rostro puede adaptar con facilidad los gestos que los demás esperan, por dentro el torbellino de emociones gira gira y devora todo dejando a su paso fragmentos de eso que una vez fueron un todo.
Nunca he aprendido a dominar mis emociones, no sé ponerles freno a mis impulsos y siento que mi vida se conforma de piezas incompletas de un rompecabezas del que tengo el vicio de armar y desarmar día y noche y algunas madrugadas.
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